
Los Cánones de belleza que impone la “fashion industry” pueden desembocar en problemas físicos y psicológicos
Cuando las personas están expuestas continuamente a las falsas formas de vida y a unos cuerpos aparentemente perfectos -e irreales-, llega un punto en el que la línea que separa lo real de la ficción se desvanece. ¿Qué imagen tenemos de las modelos femeninas? Una chica joven, de 1 ’80 metros y extremadamente delgada. ¿Y de los modelos masculinos? Deben ser muy altos y fuertes, con cuerpos esculpidos y absolutamente perfectos, no pueden tener ningún defecto, o al menos eso es lo que se les impone.
Las redes sociales, las influencers o las grandes casas de moda contribuyen a crear grandes y falsas expectativas en las personas que, tanto directa o indirectamente, acaban influyendo en la vida de las mismas. La moda es uno de los motores de la sociedad, se encuentra en todo lo que nos rodea; no se limita a la ropa o el conjunto que te pones por las mañanas para ir a trabajar, sino que va más allá. Esta se encuentra en la forma de hablar, el lugar dónde vas de vacaciones, los estudios que escoges, los sitios que frecuentas o en el cánon de belleza del momento. “La moda es el fiel reflejo de los tiempos que vivimos, evoluciona y se transforma a la vez que la humanidad”, comenta Anna María López López, una diseñadora de moda española especializada en el uso de herramientas digitales para el diseño de moda.
Pero, ¿qué ocurre cuando la realidad es una ficción? Que las personas tratan de alcanzar algo irreal. Esta persecución puede causar problemas en la salud de algunas de ellas, como pueden ser los trastornos alimentarios, las depresiones o la ansiedad; no solo de aquellas que reciben el mensaje, sino que también ocurre con las que son el escaparate, es decir, en los modelos.
Son muchos los casos de influencers que se han retirado temporalmente de sus trabajos, o de modelos que se han tomado años sabáticos ante la presión psicológica que supone estar 24 horas al día siendo juzgados por tu cuerpo, e intentando cumplir con los cánones de belleza. Dulceida, una de las influencers más famosas actualmente, añadía en sus redes el pasado agosto: “A veces, no puedes con todo y hay que parar, pedir ayuda y priorizar tu salud mental”, tras abandonar temporalmente las redes, y no es la única. Laura Escanes, una conocida modelo e influencer, también comunicaba a sus seguidores un retirada temporal con estas palabras: “Me da igual las visitas, el alcance, o el momento que sea si yo no estoy bien. Cuídate para poder dar lo mejor de ti cuando estés preparado”.
Tal y como indica el periódico El País, una de cada veinte adolescentes sufre algún TCA (Trastorno de la Conducta Alimentaria); en muchas ocasiones derivado de intentar alcanzar la inexistente perfección que la moda ha impuesto. Fernando González, un fotógrafo malagueño con casi 20 años de experiencia en el mundo de la moda, comenta que hasta hace poco, una chica con una talla mayor de una S o XS se frustraba ya que veía imposible este mundo para ella, lo que terminaba en depresiones o enfermedades como la anorexia. “Personalmente, conozco varios casos -sobre todo de chicas- que han acabado teniendo problemas serios por culpa de la imposición de unas tallas imposibles, aunque hoy en día parece que las cosas van cambiando y se va dando paso a nuevos avances no vistos hasta ahora. Sin embargo, considero que la próxima barrera a romper es la de la altura, que aún se ha quedado muy atrás” continuaba diciendo.
Las intervenciones quirúrgicas han aumentado
El número de demandas para operaciones estéticas también se ha visto incrementado, lo vemos en las imágenes que suben a las redes las famosas, que muestran sus nuevos resultados ocultando las cicatrices que les deja; incluso lo podemos ver reflejado en el uso de los filtros o photoshop en la gran mayoría de las fotos. Hay un inconformismo social derivado de los estereotipos impuestos, generados mayoritariamente por el sector de la moda.
Los cánones de belleza y la historia
A cada época de la historia se la asocia con un canon de belleza que la caracteriza, unos rasgos peculiares, unas medidas de cuerpo, o los tonos de la piel -cada vez más aceptados-. Al fin y al cabo, los ideales de belleza no son a largo plazo, sino que son muy flexibles y cambiantes con los tiempos. Cuando se piensa en la Edad Media, por ejemplo, lo primero que se nos vienen a la cabeza son los impresionantes vestidos que llevaban, o las mallas de los caballeros medievales; pero en sí, nos acordamos del tipo de ropa característico de la época. La moda nos ayuda a visualizar los momentos importantes que han acontecido desde que se inició el mundo.
El fotógrafo José Martínez afirma que los cánones de belleza contemplan cada vez más un amplio abanico en el que cada quién puede escoger cuál quiere que sea el suyo, “ya no existen los icónos de la moda de los 90 que contemplaban a personas inalcanzables” continuaba diciendo.
Alba Somada, una fotógrafa catalana con 10 años de experiencia en el mundo de la fotografía, coincide con Martínez a la hora de hablar de los cambios producidos en la moda: “Por suerte cada vez se ve más variedad de cánones de belleza, ya no estamos tan encajados a un estereotipo con unas tallas muy concretas, pero aún falta un largo camino”, añadía la fotógrafa.
El mundo de la moda se ve nublado, en muchas ocasiones, por tópicos que realmente no existen. Las modelos ya no tienen la presión de las agencias o de las casas de moda -a diferencia de unos años atrás- para que estén extremadamente delgadas; sin embargo, sí que tienen que mantener el físico con el que firmen en contrato con la agencia.
Aunque la moda es cada vez más inclusiva, mucha gente está aún estancada en el pensamiento de que hay que ser perfectos para poder ser aceptados. Las personas deben aprender a quererse y a aceptarse más, y sobre todo, a entender que las cosas que aparecen en las redes no es la realidad, sino que es tan solo una parte manipulada de ella que puede hacer mucho daño y que puede repercutir negativamente en los demás. Todos los cuerpos son diferentes y perfectamente imperfectos; ahí es donde se encuentra la verdadera belleza, en que no somos moldes iguales, sino que cada uno es perfecto en su esencia.